Ella lo miró a los ojos y clavó el acusador negro de sus pupilas en el rostro de él. «Esto no puede seguir así.» Él quiso mantenerse firme, pero apenas podía contener la rabia. «Cuando veo lo que me escribes se me viene el mundo abajo.» A él se le hizo un nudo en el estómago del tamaño de una pelota de baloncesto. «No es para esto por lo que llevamos luchando tanto tiempo.» Él tragó saliva y trató de mantener la compostura, cosa que también se le hacía difícil porque le picaba un huevecillo, pero claro, cualquiera se rasca. «A veces me planteo si de verdad vale la pena.» Sus ojos se humedecieron, lo que por otro lado no estaba mal porque es buenísimo para la cornea. «Siento como si hubiera desperdiciado los últimos cuatro meses.» Él sintió el impulso de salir huyendo, aunque sin tener muy claro si era de ella o para poder rascarse a gusto. «Sinceramente, no sé que vamos a hacer con esto.» Él comenzó a moverse nerviosamente, deseando que el final llegara cuanto antes. «Hace mucho tiempo que no me encontraba así» El pensó que quería morirse, que se lo tragara la tierra y un momento kitkat para poder rascarse a gusto. «Hacía muchísimo que nadie me entregaba un examen tan cutre…»
Ficción basada en hechos reales.
Frase del día: «Un examen es algo en que te preguntan unas pocas cosas para decidir si sabes otras muchas cosas que no te preguntan».