Se para un coche blanco pequeño, de esos tipo Corsa, se abre la puerta lentamente y sale una pierna larguísima y aireadísima con zapato de tacón alto y ancho (de esos horribles que hay ahora, nada que ver con un tacón de aguja que… buah, pa que contar), como a cámara lenta aparece el resto del cuerpo. Veintitantos, las piernas las corona una mini-minifalta vaquera (o a lo mejor es un cinturón ancho de diseño, vaya usted a saber) que no es que oculte mucho, ombligo al aire y un top superescotado que amenaza desbordamiento por un par de mastodónticas tetorras (por eso escribo pasadas las 24h, estaba esperando que acabara el horario infantil para poder escribir tetorras) que de forma milagrosa se mantienen en su posición aparentemente sin verse afectadas por la gravedad ni la ausencia de sujetador. El sueño lúbrico de cualquier adolescente, a mí hace mucho que se me pasó la época pero tengo buena memoria, en aquella época sería una Venus, una diosa de la sensualidad…

La chavala se lanza el pelo hacia atrás con una mano mientras la pechonalidad se desplaza ritmicamente y echa la cabeza para atrás. Comienza a avanzar hacia mí con la otra mano apoyada en la cadera mientras rodea el coche moviendo las caderas que me quedo esperando que de un momento a otro se le desencaje una vértebra.

Las piernas larquísimas se pasean de manera casi insultante por la parte de atrás del coche, un paso, dos pasos, tres pasos, la espinilla izquierda termina haciendo contacto en la bola del remolque del coche a una velocidad inusitada. El «cloc» es audible a 2 metros de distancia.

– ¡Cago’n los muertos de la bola! ¡Su puta madre! ¡Cagondios! ¡Cagonlavirgen! ¡Puta bola de los cojones, a tomar por culo!

Menos de un segundo ha bastado para destruir cualquier atractivo de la chavala y la han descendido de categoría de «diosa del amor» a «zorrona arrabalera», además salta a la vista que es más de mi pueblo que yo, que por otra parte me estoy partiendo de risa en su cara. Pero es que no puedo evitarlo, hoy tengo el día algo gamberro.

Frase del día:
«Salchichas a la putanesca, las he preparado en un momentito…»

No recordaba yo que tenía desde la madrugada del miércoles (el curro que deja mucho tiempo libre) varios comentarios escritos en un folio de los apuntes, todos inspirados por las noticias del canal internacional del TVE.

• «Una marca china de automóviles comienza a vender coches en Europa, de momento llegan todoterrenos 4×4 full equip y de muy buen ver por 16000 euros». Los ejecutivos dicen que se sorprenden de que los coches cuesten tanto en Europa, y que allí en China con los precios estos tienen beneficios y los 22000 curritos que tienen son felices; digo yo que será que comen hasta 3 veces a la semana, que ya se sabe el concepto de felicidad que hay en China.
• «Suben las gasolinas otra vez, los expertos dicen que seguramente no van a bajar». Ya me imagino el plan, a lo Gila «¿Oiga, me pone con el presidente de la multinacional petrolera Talycual? Sí, soy el experto. ¿Que no bajan, no? Me lo temía». Sin ser experto eso también lo sabía yo, y además empezando como empiezan las vacaciones ahora va a empezar una escalada de terror (y de precios) que va a conseguir que ir a repostar sea considerado deporte de alto riesgo y no apto para cardiacos.
• «Madrid y Francia pierden en la elección de las Olimpiadas». Al final el COI eligió eliminar a los que andaban más quemados.
• «EEUU, el país más rico del mundo es el que menos dedica a ayudas al tercer mundo.» Amos no me jodas. ¿Desde cuándo se hace uno rico regalando el dinero? (Recomiendo encarecidamente para entender ésto en toda su magnitud el capítulo de Los Simpsons en que Homer monta una empresa de internet).

A falta de nada interesante que comentar y de ahora mismo una falta total de inspiración maliciosa, porque a pesar de mi gusto por el humor negro creo que voy a pasar de hacer ningún comentario sobre los atentados en Londres, dejo por aquí un relato cortísimo que escribí hace un par de años y que aunque ya lo colgué en varios sitios no se había dejado caer por ninguna de mis páginas.

El operador de radar mira silenciosamente la pantalla vacía. El vector de barrido pasa una y otra vez dejando la pantalla tan negra una vez como la anterior. En esta franja del espacio limítrofe con el territorio Vau nunca ocurre nada; los piratas y contrabandistas no se atreven a pasar por miedo a las naves del Mandarinato y los mismos Vau son poco dados a comunicarse. En la academia decían que esto era un destino fácil, algo que todos desearían; tranquilo, sin sobresaltos… mortalmente aburrido. Sigue leyendo →

Me comenta un amigo que acaba de recibir una llamada de la LPLPD, y que recordando la entrada del otro día ha colgado ipso facto. Otro que ha elegido la opción de ser rico de espíritu (yo de eso también tengo mazo, a falta de nada que cotice en bolsa, la riqueza de espíritu me sobra, si alguien quiere la vendo a 10 leros el kilo), en lugar de un maromo podrido de dinero contante y sonante, apartamentos en Torrevieja y triunfar con las mujeres de seis en seis y tiro porque me toca. Si es que de suspicaces está lleno el mundo.

De todas formas es buena noticia porque significa que ahora, además de ser un lugar donde desbarrar, decir memeces, regalarme el ego con un hueco en los interneses de Dios dedicado enteramente a mí y mi trasero, The Project Freak hace una función social: la de evitar que la gente se haga rica por descuido. Y eso redunda en el ego del eutor, que enseguida se ha visto codeándose con la jetset de la beneficencia, tales como son Gandhi, la Madre Teresa, Charles Bronson o Rocco Siffredi, todos ellos conocidos por repartir amor en grandes cantidades dentro de su propia especialidad.

Si es que al final me ganaré formalmente el terrenito en el cielo que le cambié a Torrebruno por unos zapatos de plataforma…