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Anecdotarium Vitae IV: Desdicha ósea

Érase una vez que se era en un pequeño pueblecito de la costa murciana, que aconteció una comida de fin de curso (y salida en hombros por la puerta grande del colegio) en medio de Sierra Espuña. Allí, no se recuerda quien propuso echar un partido de fútbol allá en medio de ninguna parte, rodeados de piedras, pinos… y terraplenes. Quedará para siempre envuelto en el misterio por qué cojones, yo que jamás le había pegado una patada al balón y que creo que el deporte es lo más pernicioso del universo, me decidí a jugar; y por qué importándome un pimiento el balón fui yo quien saltó aquél arbusto a buscarlo cuando se salió por la banda; y por qué Dios había puesto un terraplén de 10 metros con un foso de 2m de profundo al final; y cómo es posible que no me partiera la crisma allí mismo en lugar de hacerme daño en el tobillo… Me tuvieron que sacar haciendo rafting con una manguera (señor, que estampa más ridícula tenía el profesor bajando por allí con una manguera de esas a rallas verdes y amarillas), y… bueno, esto lo dejo que francamente la escenita daba vergüenza ajena, aquello parecía Sal del bujero como puedas 2.

Después de comer (aquello fue por la mañana y a mí me podría doler la de Dios es Cristo, pero el menda paga la comida y el menda se queda a comer, aunque le caigan unas lágrimas como puños), un par de profesores me llevan a mi casa y una vez allí hago trasbordo en dirección al centro de salud (que aquí de hospital, dos piedras…).

Amablemente un maromo del centro de salud me atiende y me identifica los dolores del tobillo como un esguince leve, me venda y me manda para casa con una cara de sentirse realizado que impresiona (yo si que le iba a realizar una traqueotomía de emergencia a bocaos que iba a ser de impresión). Media hora después estabamos otra vez allí, mi madre, yo y mis deditos del pie que habían adquirido un graciosísimo color azul marino gracias a la venda que tan hábilmente me había puesto el maromo de antes; ahora, afortunadamente para su integridad física, me atiende otro que me hace lo mismo y me manda para casa con cara de «estas cosas pasan hombre, tú date por contento que no te hemos dejado unas tijeras en el higado».

Tres días después de dolores insoportables me analiza la situación (y el tobillo, claro) un médico (éste si que era médico de verdad, pero debió haber falsificado los papeles, porque otro que tiene la misma idea de medicina que yo de la cría del berberecho africano). Me confirma que tengo un esguince, pero que es gordo y que me cambian la venda por una combinación de venda y escayola.

15 días después. Me mira el mismo maromo de los papeles falsificados y me confirma que como no me vendaron bien al principio algo se ha jodido en el esguince y me van a tener pseudoescayolado otros 15 días, pero que vamos bien (iría bien él que podía andar, no te joroba).

15 días después. Con un tobillo que cada vez se parecía más a un morcón de proporciones ciclópeas (no ya por el tamaño, sino por el colorcillo que iba cogiendo aquello), mis nunca suficientemente alabados progenitores se saltan todas las normas y me llevan al traumatólogo, un tipo bastante majo que puso mala cara cuando nos saltamos la lista de espera, y puso peor cara cuando me vio el tobillo. El tío me manda unas radiografías ipso facto y me las hacen en tiempo record, y cuando las mira dice algo así como «¿Y con ésto llevas ya un mes? Astillamiento del tobillo, rotura de tibia y peroné, esquince quíntuple… Sorprendente». Total, que con gran pesar por mi parte, porque conocía ese desastre desde pequeñito (desde que me habían dicho que era un «esguince»), el tipo me pone en tratamiento majo y tardé «solo» dos meses más medio curar el tobillo.

2 meses después. Lo único que tuve remarcable aquí es que me quitaron la escayola reforzada con una sierra de esas quirúrgicas que no rotan pero vibran, el tío no dejaba de decirme que esa sierra no hacía daño. Que no, que no corta, que no hace daño. Eso que se lo expliquen a la sierra, porque a mí me hizo polvo, que no cortaba carne ni ná pero lo que es quemar… todavía tengo una cicatriz de quemadura de medio palmo en la pierna, y no me consuela el hecho de haberle dejado la camilla con más pelos que las barbas de Judas. En fin, allí acabó la odisea, afortunadamente.

Por último, solo decir desde aquí que no guardo ningún rencor a los ineptos que me atendieron ni al tío que me quemó la pata con la sierra… Mis mejores deseos de que los pille a todos una avalancha de mierda en un callejón cerrado y del susto se les habra la boca.

xXx: Estado de emergencia

¡Huid insensatos!

Ni se os ocurra entrar al cine a ver «ésto», ni se os ocurra bajároslo, ni la pidáis prestada siquiera, xXx Estado de emergencia será probablemente la peor (y más aburrida) película de acción del año. Y pongo a dios por testigo (John Woo, por supuesto) que me encantan las películas de acción cuajadas de escenas a cual más espectacular y absurda, pero es que esta es incluso demasiado absurda (por no decir estúpida); y francamente que es aburrida a morir. Si la primera xXx no era nada del otro mundo y Xander Cage (Vin Diesel) tenía el mismo carisma que un berberecho, resulta que Darius Stone (Ice Cube) tiene la misma que un canto rodado) y es un tío de lo más soso, que además tiene una novieta con un taller de supertunning que en realidad debe ser un travelo (esa tía tiene más pelo en el pecho que yo, fijo). Lo peor de todo es que los críticos de los periódicos además de ponerle la consabida nota pésima a la película suelen decir: «les encantará a los amantes de la acción descerebrada»; claro, como ellos no tienen ni idea del tema pues se ponen a sacar conclusiones tontas, mentira porque no le gusta a nadie…

En fin, el argumento grosso modo: ante el ataque a la NSA de un grupo de terroristas que usan cepos para osos de alta tecnología para perforar el suelo y montar un pifostio, y ya que Xander Cage está muerto, escogen a otro maromo hiperactivo e hiperhormonado para que haga las veces de xXx, que no es otro que Ice Cube. El tío pasa por una serie de escenas que parecen sacadas directamente del GTA San Andreas y finalmente consigue frustrar los planes del maloso de turno.

Es perfectamente risible la figura del presidente de los USA saliendo en plan «seamos amigos todos», que los USA somos un país que mola mazo. Bueno, yo lo dejo aquí, que luego no diga nadie que no estaba avisado.

Adquiera ya su gorrino de noche

Los japos es que son la leche cuando se ponen, no tuvieron suficiente con inventarse a Godzilla (y Gamera, y Destoroyah, y…), sino que ahora para rizar el rizo van y se inventan un cochino fluorescente. Sí, sí, como se oye, un cerdo fluorescente (que me los quitan de las manos oiga), un bicho transgénico (y a mí que no me convence demasiado el término, creo que quedaría mejor «mutante infernal con los papeles en regla») que emite un resplandor verde cuando le da no-se-qué luz. Acojonante, luego habrá quien se queje de que no avanzan los métodos de lucha contra el sida o la hepatitis, pero cómo mola un cerdo luminoso.

Pero… ¿Y las ventajas de tener el gorrino fluorescente? Las granjas de cerdos ya no necesitarán iluminación y si se escapa alguno será facil de reconocer; luego podrán hacerlos también para identificarlos más facil («tienes uno de mis cerdos, chorizo de pacotilla, no ves que es el unico verde?») o incluso rizar el rizo para hacerlos exclusivos («Sí, quisiera que en todos pusiera Tato & Cia«), dedicados como los camiones («Sí, exactamente, que ponga Mi Lucía, mi Mariano y mis 3000 cochinos«), en plan tocapelotas («Paco, eres un cornudo»), o incluso se podrían usar con fines publicitarios («Tendrá que mejorar esa oferta amigo, El Pozo ya me ha ofrecido varios millones más por poner su logo en mis cerdos»). Vamos, que el espectro de funcionalidades de eso es amplísimo, porque una vez que iluminan el ponerles diseños está a un paso.

Eso por no hablar de las utilidades de ese bicho para la vida diaria. ¿Quién no va a tener ahora un cerdo como animal de compañía si además puede subírselo tranquilamente en la cama y usarlo como lámpara de noche? Y más grande todavía ¿Qué maravilla esas tapitas de jamón que se sirvan con las luces apagadas para deleite de las visitas? Riete tú de los Ferrero Roche.

De todas formas habría estado mejor que el avance se hubiera hecho en otro campo, como conseguir que los pollos solo tengan muslos (y no tener que comerse la pechuga que está siempre sequísima), que las gallinas pongan huevos como los de avestruz (tortilla para 15 con un solo huevo), o que los calamares entren ellos solos en la lata y suelten la tinta. O ya puestos, que las 4 patas del gorrino sean jamones…

Nota: la noticia la he leído primero en el foro N3D de mano de ^Sparco^, las imágenes de los bichos las he tomado prestadas de www.godzillatemple.com y www.shrineofgamera.com.

Y va y llueve

No se sabe cuánto tiempo llevaba mi coche son conocer el agua más que el del radiador, tanto tiempo que la roña había formado una resistente capa antifricción sobre la chapa y los cristales se habían convertido tranquilamente en lunas tintadas. Y va el menda y decide limpiar el coche y lavarlo el lunes… Ya lo dice Murphy, y la ley de Murphy siempre se cumple, estaba cantado: el día que lavo el coche le da por llover (y en la tele no paran de decir que es el año más seco desde hace no se cuanto tiempo, que será seco, pero cómo disimulaba pa joderme el lavado del coche). Que llover no llovió mucho, lo justo y necesario pa reventarme la idea, si hubiera sido a posta no sale mejor.

Total, que a falta de poder desmarranearlo del todo por fuera me tiré 20 minutos dándole vueltas con la aspiradora, con las siguientes bajas conocidas: un juego de llaves (parece que no pero la aspiradora de marras tiene un poder de succión acojonante), una cordonera de un zapato de mi sobrino, un trozo bastante respetable de la tapicería del asiento trasero (menos mal que es en la parte de abajo y no se ve), una cinta de cassette a la que aspiró buena parte del metraje (de Julio Iglesias, no se perdió nada en realidad), un tornillo (me da miedo pensar de dónde será) y un número indecible de monedas que se encontraban dispersas por todo el coche como buen vehículo veterano que es.

Al final tengo el coche medio adecentado (si tuviera 20 años menos habría quedado decente del todo) por dentro, y por fuera lleno de mieeeeeeeeerda a espuertas, vamos que no luce, una pena de tiempo que gasté en limpiarlo. Por otro lado, ahora que lo he hecho ya puedo poner la cuenta atrás otra vez hasta dentro de 6 meses que toque la siguiente… o no.

La dualidad onda-corpúsculo de la luz

Gafitas

Hoy, amiguitos, vamos a hablar de la teoría de la dualidad onda-corpúsculo de la luz, y no solamente eso sino que en medio de tanta memez vamos a demostrar que si otra cosa no, corpúsculo es.

Ya entra mayo, se acerca el buen tiempo y como todos los años las mujeres comienzan a usar ropitas más ajustadas y con menos tela, como debe ser. Ésto tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, como todo; lo bueno es que los hombres nos alegramos la vista con algunos tipazos que hay por ahí, y lo malo es que existen buenas posibilidades de que acabemos quedando como los cerdos que somos (seamos sinceros por una vez en la vida) cuando las mujeres se den cuenta que no le quitamos ojo de encima.

Aquí es donde entra la teoría de la dualidad bla bla bla. Las mujeres tienen un sentido especial para detectar cuando se las mira, algo de lo que los hombres carecemos por completo (aunque a lo mejor puede ser que ellas no nos miran tanto como nosotros a ellas, que también podría ser), pero estudios científicos han demostrado que ellas no tienen ningún sentido adicional. ¿Cómo puede ser ésto? Sencillo, las mujeres detectan en su piel exactamente lo que nuestras retinas tienen localizado, que no os quepa la menor duda: cuando miramos una mujer ella puede sentir el palpar de los ojos hasta dónde estamos mirando (que suele ser también un sitio que más que mirar, querríamos palpar, pero eso es otra historia). Ésto es cierto como que yo me llamo Manolo, y la única cosa que puede hacer que eso sea verdad es la teoría del corpúsculo, etc etc. Luego, una vez más, desvelamos en TPF uno de los grandes misterios de la ciencia moderna.

¿Cómo solucionar eso y ahorrarnos un par de bofetadas en el momento más inoportuno? En realidad no tiene solución, a lo más desde aquí recomiendo a partir de ya el uso de gafas de sol con los cristales más oscuros posibles; eso no va a evitar que ellas sepan donde miramos, pero como parece que se ve mal que a uno le partan la cara sin tener pruebas concretas del delito (hasta que la comunidad científica demuestre esto seriamente, por mucho que lo sepan, si no nos ven los ojos no tendrán pruebas), pues por ahí vamos a escapar.

Ahora nos queda por desvelar en próximas entregas el cómo es posible que una mujer sepa qué es lo que le estás mirando a otra, porque eso es que tiene también tela (sobre todo para los que tienen novia, que a veces es como llevar un agente del Mossad sobre el hombro). Ni que decir que estamos investigándolo a conciencia.