Aunque seguramente ya le dedicaré dentro de algún tiempo un post dedicado a mis grandes ídolos (los políticos), que ahora entran en un estado de febril actividad por el temilla de la campaña electoral y tal, voy a aprovechar para decir alguna cosilla que tiene algo que ver con la política.
Empecemos hablando del arte moderno. Haced el favor de estudiar con atención la siguiente fotografía, con especial atención al postmoderno homo cretinis que pulula sobre la corona de la estatua.
La estatua de la libertad y el… ese que está por encima, junto con el coche semidesguazado y demás basura de los alrededores pertenece a una serie de esculturas de «arte moderno» que se han diseminado (hábilmente, para que no puedas esquivarlas) por toda la ciudad de Cartagena. No podré decir yo nunca que tenga un ojo especialmente bueno para el arte, y que seguro que las consignas de «nos cargamos el mundo, penitentiacite, penitentiacite» que tenía la «escultura» funcionarán (sí… seguro… pondría la mano en el fuego… [silbidos]); pero es que os lo juro por Snoopy, al que reparte las autorizaciones para llamar a estas cosas «arte moderno» habría que cortarle los cojones.
A santo de qué, soberanísima castaña está en la calle. Que sí, que seguro que le costó un cojón y parte de otro pintar la parte de más arriba de la antorchita, y que el maromo suda la gota gorda cuando le toca «actuar» con un sol de justicia como el que cae estos días. Pero es que eso es un bodrio de aupa. Encima de todo lo habrán subvencionado… no se que hacer con los políticos ya… ¿Lo de la guillotina no se estila, verdad? Lástima.
No sé que pensarán también los dueños de los derechos de El planeta de los simios; con cuya escena final este ejemplo de «arte moderno» guarda más que ciertas similitudes.
Bueno, ya digo que será porque no tengo ojo para el arte (igual que sí tienen mucho aquellos que son capaces de llamar arte a una mierda pinchada en un palo con tal de no parecer tan retrógrados como yo, críticos, políticos y cretinos en general). Ahí queda eso.
Para continuar, ayer España hizo otra vez el ridículo mandando a Eurovisión a unos clones de los Backstreet Boys (un poco tarde me parece a mí ya), a cantar una canción de nombre I love you vida mía. Pero vamos a ver, señores que eligen a esa gente, que parece que no vieran quienes ganaron el año pasado… ¿A quién coño se le ocurre mandar semejante despropósito (solamente superados en el grado de vergüenza ajena que provocan por las Ketchup el año pasado? ¿Estamos tontos o qué?
Ahora se quejan del mal resultado diciendo que lo que pasa es que los países del este juntan cucas y se votan entre ellos, y claro, como son más… De siempre se ha sabido que Eurovisión es un certamen muy politizado, donde los países se besan el culo vilmente, pero el caso es que desde que se permite votar a la s poblaciones la cosas se ha democratizado de verdad.
Así que por favor, apechuguen con las consecuencias y no tiren balones fuera, no quieran echarle la culpa a la política sin mandan a un concurso una mierda y les dicen que apesta…
He dicho. XD