Esta mañana me he enterado de que en mi gasolinera de siempre (al menos desde que conduzco) han dejado de tener gasolina Súper, nos ha jodido, gasolína Súper, la gasolina de los hombres de verdad, el desayuno de los campeones. Ha caído probablemente la última gloria de la época en que la gente se podía contaminar con gusto, pero cuando llegó a ponerse de moda eso tan aberrante que es la vida sana (y la madre que la parió) nos han ido quitando todo lo que la vida tenía de maravilloso.
Gasolina sin plomo, cerveza sin alcohol, jamón de york sin sal, chicles sin azucar, chorizo sin colesterol (juro que lo he visto y casi no sobrevivo al shock)… El mundo de la vida sana y lo políticamente correcto nos está dejando hechos unos piltrafas. ¿Qué será lo próximo? ¿Sexo sin sudor? ¡No! ¡No y mil veces no! Como los habitantes del submundo de San Ángeles (no creerías que me iba a dejar el guiño friki, aunque no esté Lenina Huxley de por medio), queremos colesterol, sal, plomo, quemar nuestro trocito de monte (si el monte es de todos yo quiero mi parte), y a la mierda con el cuerpo danone, yo quiero un cuerpo San Miguel.
He dicho.
Un post cojonudo Rasczak!! Estoy contigo, vivan las curvas!! (las de verdad no esa mariconada ligera de grasa)