Ayer dejé solo la exposición del plan de secesión de la República Independiente Cojonera del Patio de mi Casa, y ahora voy además a comentar algunos temas de candente actualidad al respecto. De inicio voy a dejar claro que como todavía no se seguro el cargo supremo que me voy a dar, lo dejaré de momento en «El Líder», más adelante decidiré si ponerme emperador o merluza.
¿Cómo conseguirlo? En este país (ahora ya se puede decir «este país», ya no está en boga eso de «que no se dice este país, se dice Es Pa Ña»), el método más sencillo de conseguir algo es untando al encargado correspondiente, ya sea concejal, ministro o técnico de sanidad urbana, así que nada tan sencillo como amenazarles con «No necesito para nada vuestro país, me voy a montar yo uno, con casinos… ¡Y furcias!», y automáticamente se apuntan al carro. Ésto nos lleva directamente a tener que permitirles la entrada (al menos al principio), y eso a la doble nacionalidad…
¿Por qué la doble nacionalidad? La República Independiente Cojonera del Patio de mi Casa (de aquí en adelante RICPC, que lo otro es muy largo) tendrá como norma básica que NO se trabaja, el trabajo está prohibido, así que el que quiera hacer cosas tan gorrinas como trabajar tendrá que salir del patio e irse a España; y uno de los sistemas más fáciles es no dejar de ser español, así que doblemente nacionalizados.
¿Cómo se consigue la nacionalidad? Muy sencillo, los hombres solo necesitan hacer una donación o aportación al capital técnico/funcional de la RICPC, como puede ser traerse una tele de plasma o piratearle una línea de 2 megas a telefónica, a convenir con el Líder. Las mujeres por contra, para conseguir la nacionalidad solo tienen que besar a menudo al Líder (o sea, a mí, no acepten imitaciones).
¿Cómo consigue mantener la economía la RICPC? Después de conseguir unas cuantas fotografías del presidente del Banco Internacional en actitud más que cariñosa con una señora que no sea su mujer ni pariente cercano, tendré cogida por el mango la sartén del paraíso fiscal, así que haremos como Suiza en sus buenos tiempos y nos dedicaremos a blanquearle el dinero a mafias internacionales del tráfico de alpargatas y a instituciones como la SGAE.
¿Cual será el gentilicio de la RICPC? De momento no está claro, pero podría ser Cojoneros, Cojonicos o Cojonudos (personalmente me decanto por éste último, que siempre mola decir que uno es cojonudo). Se admiten propuestas.