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Protocolo de andar por casa

Cada cierto tiempo hay una cosa que me deja petrificado porque no se si me estoy haciendo viejo, no me he dado cuenta y la educación que tengo se ha quedado más pasada que el hacer la mili con lanza.

El caso es que yo tengo unas cuantas ideas de protocolo «de andar por casa» que aplico a diario, cosas que yo creía que eran de buena educación (de la buena educación de la de toda la vida) pero que últimamente me están dando cada palazo en la cara que no lo entiendo.

Veamos, cuando te presentan a una persona (por ejemplo) se pueden dar varias posibilidades. Una, que sean de un nivel (edad, cargo), entonces salvo que esa misma persona parezca que va a hacer otra cosa lo preceptivo es un apreton de manos (tomarle la mano a las mujeres ya con cierto giro ya sería rizar el rizo). ¿No? Y si es más o menos del mismo nivel y edad, si es un hombre le das un apretón de manos y a menos que sea una chica muy cortada lo preceptivo son un par de besos. ¿Verdad? Pues ahora hay quien lo de los dos besos le parece una sobrada (o un asco); reconozco que a algunos ejemplares humanos da grima hasta pedirles la hora, pero en una situación así tampoco es tan grave. ¿O sí? Lo de la mano sería ya más fuerte, para mí que negarme a darle la mano a alguien sería ya casi estar a punto de escupirle en la cara…

Sigamos. Invitar. En tiempos se llevaba que era el hombre quien pagaba todo en caso de las parejas, supongo que más que nada porque la mujer no acostumbraba a trabajar y tampoco andaría muy fina de líquido. Con el tiempo la cosa se ha ido equilibrando y ahora básicamente podría aflojar la mosca cualquiera de los dos (en tanto en cuanto que seguramente y a partir de cierta edad tanto hombres como mujeres curran por un salario lamentable); así que tranquilamente se puede pagar a partes iguales (y siempre habrá el gomia que pedirá lo más caro porque al pagar a mitades le sale algo más barato), o incluso pagar uno cada vez (que no debe ser mala idea en caso de gente normal, porque así una cita bien puede convertirse en dos tirando de la vergüenza que le de a uno el deber una cena, una comida o un cine), pero no, ahora que pague el maromo hay quien lo ve como un signo de machismo.

El caso es que en España lo de invitar es algo que siempre se ha llevado bastante bien, de hecho yo llegué a oir que éste era el único país donde varios se podían pelear por ver quien era el que pagaba (intentando pagar todos, no escaquearse) aunque eso debió ser en otro tiempo. El caso es que ahora si le pagas su parte a una chica corres el peligro de ser tratado de machista, retrógrado o cosas incluso peores. ¿Es de recibo eso? (Y nunca mejor dicho).

Me he dejado para el final el que me parece más sangrante. De toda la vida pensaba que era de buena educación dejar pasar a las mujeres primero al cruzar una puerta (y las mujeres primero, pero es signo de cortesía dejar pasar a todos mientras uno termina sosteniendo la puerta para el penúltimo). Pero no, ahora también te puedes encontrar siendo un machista o un atrasado si intentas semejante desfachatez. ¿Pero que paaaaaaasa?

Lo de los piropos es para echarle de comer aparte. Antes si piropeabas a una chica (cosa que por cierto yo no hacía ni hago, visión de futuro que tiene uno) a veces se sonrojaban y se alejaban con una risita nerviosa, si te salía respondona o feminista modelo años 60 te zampaba un «capulloooooo» a grito pelado que te cagabas en las bragas. Ahora no, ahora esa parte de la educación también la hemos avanzado. Ahora piropeas a una chica y primero sale corriendo y a la semana te llegan a casa media docena de cartas, entre la citación judicial, la del bufete de abogados que quieren hundirte en la mierda llegando a un acuerdo en que la parte suave es la castración química (nada de inyecciones, sentado en gallumbos sobre una zafa de ácido) y la de los mafiosos diciendo que van que no corras que es peor.

Vamos, que el mundo está muy mal. Pero oye, que si estoy equivocado estoy más que dispuesto a ser corregido. ¿Eh?

PD: post inspirado por la Mosqueperra, progre entre las progres en eso de las normas de cortesía.

El incidente «Mi Bego», capítulo I

Ahora es cuando yo debería contar la épica epopeya de proporciones heróicas que proporcionaron contenido para dos posts; podría contar qué cataclismo nefasto de consecuencias funestas fue el que hizo que todavía se me salten las lágrimas de risa cuando rememoro el momento con mi amigo Boquerón en Vinagre, pero no seré yo quien lo haga, porque hoy tenemos una invitada especial aquí, en este nuestro blog (más mío que de nadie, claro, que pa eso lo pago yo y soy el fuckin’ boss, y demás). Con todos ustedes…. (redoble de tambores) … «mi Bego».

Hola, me llamo «mi Bego». Veréis, yo iba un día a ver si me conectaba a internet en la universidad con mi felicidad, lalaralarita, como tantos otros días, sin sospechar que iban a intentar sobrepasarse conmigo. Así que iba yo tan tranquila, tralaralarita, entro en el aula y eché un vistazo adentro por si había gente de mal parecer y como de primeras no vi a nadie pues entré.

Entonces fui a pedirle un ordenador al encargado, lalaralarita, y puaaaaag, que grimilla daba el chico de allí, de verdad, que pintassssss. La última vez que vi una cara así fue en el escaparate de una pescadería, ay señor que repelús, de verdad. Pero peor era el que estaba al lado, ayayayay, no os lo podéis ni imaginar, una cara de salido vicioso, de esos que cuando los ves sabes que son carne de presidio… Uf, vamos, que se me estaba pasando la felicidad, lalaralarita, a una velocidad de vértido y porque me hacía falta coger el ordenador, que si no me voy de allí. Seguro que además son drogadictos, lo que yo os diga.

Haciendo de tripas corazón, que no penséis que era fácil con esos dos babeándome delante (porque estaban babeando, lalaralarita). Vamos, que el encargado me estaba mirando que ya no sabía si me estaba desnudando o haciéndome una radiografía con la mirada, y el otro pasaba ya de desnudarme con la mirada y apuesto a que ya me había intentado dejar embarazada. No os lo podéis ni imaginar, que asssssssssssssssssquito. Me podía dar un soponcio en cualquier momento, de verdad. Entonces decidí darle mi dni rápidamente al encargado, que por lo menos solo babeaba y cuando se lo dí casi echa espumarajos por la boca.

Cuando se lo di, lo metió en el ordenador y me dijo «ponte en aquel ordenador de allí» y me iba a ir para allá, con el otro mirándome igualito que mira alguien que lleva una semana sin comer un plato de jamón serrano. Vaya cara de locoooo, que miedoooo, de verdad. Así que cuando me soltó «oye, y porque el número de teléfono no lo das, no?», estuve segura de que quería violarme, matarme y esconder mi cadaver en algún sitio, y eso siendo optimista, porque con la cara que tenía, así con barba de un montón de días y esa mirada de sonado, seguro que era como los de las películas esos que primero matan y después violan. De repente eché en falta media docena de guardias civiles… ois, que miedo pasé, de verdad. No pude ni responderle, vi que el ordenador estaba ocupado y pensé que si me quedaba por allí no iba a dejar de mirarme, que asssssssco, si ya podía sentir hasta los mordiscos en el culo. Puaaaaaaaaag. Así que hice lo mejor que podía hacer, salí de allí corriendo y mirando que no me siguieran y no volver en varios meses hasta que estuviera seguro que no me estaba buscando.

Solo lo vi durante tres minutos, pero creo que nunca podré superarlo del todo.

Como véis, amiguitos, el testimonio estremecedor de «mi Bego» no deja a nadie indiferente. Qué horrores ignotos acechan en las sombras de una universidad cualquiera, qué sentimiento…

PD: Ninguna Bego fue dañada durante la realización de este post, durante la inspiración puede ser, no digo yo que no.

PD2: Begoña, chata, si alguna vez lees esto… que fue sin querer, yo no quería…

Frase del día: «The ancient force rose from oceans of feelings to shatter the ice of your heart.»

El incidente «Mi Bego», capítulo II

Se suele decir que lo que no te mata te hace más fuerte (y que lo que no mata engorda, y si no mata ni engorda es ilegal, pero esos son otros temas), y cual ave fénix que resurge de sus cenizas y ante la alabanza anchoística de ahora está más buena que antes, «mi Bego» volvió a dar señales de vida, cogió su ordenador y se sentó a navegar…

PD: ¿Cómo? ¿Que dónde está el capítulo I? Esto puede parecer un post de esos míos de tomarle el pelo a los lectores, pero en realidad es que he pensado hacer el post estilo Tarantino, o sea, completamente desordenado y con las cosas cambiadas de sitio, si a él le rien la gracia no se por qué a mí no me la van a reir. Bueno, vale, sí, un poco tomadura de pelo sí es…

Frase del día: «I need places to go, I need things to feel.»

La vida sexual de Dios

Esta es la típica entrada de blog que si Ratzinger Z leyera me mandaría directamente a la hoguera, o en su defecto me excomulgaría y me matarían a golpes de higo blando; por fortuna para vosotros seguramente sea un post cortito…

Bueno, el caso es que teniendo una conversación metafísica teológica chiripitifláutica he llegado a una conclusión terrible: Dios es imperfecto. Fíjate tú, que miles de estudiosos han estudiado (valga la rebuznancia) las razones y cualidades de Dios, y sin embargo en menos de cinco minutos se han venido abajo todo lo que dábamos por cierto. Cuando uno piensa en Dios pensaría que es perfecto, pero nada más alejado de la realidad.

¿Por qué sabemos que Dios no es perfecto? Fácil de demostrar. Dios es masculino, o al menos eso nos han hecho creer; y todos sabemos que un hombre de sus recursos, todo corazón, tan bien situado (y a ratos tan malote, convirtiendo a la gente en estatuas de sal y reventando murallas a bocinazos…) si fuera perfecto se llevaría a las nenas de calle. Pero no, en 2000 años ha echado un único polvo. Un miserable polvo en 2 milenios, el pobre tiene que estar subiéndose por las paredes. Permítanme dudar que un ser perfecto sólo consiga un ligue en tanto tiempo.

Para más inri (que aquí esa palabra pega mucho) su ligue no recordaba ni como fue el polvo. No se qué es peor, si que lo hubieran recordado por ser malísimo en la cama o que directamente no recuerden cómo fue. No quiero ni pensar en la posibilidad de que fuera tan tremendamente malo que la pobre María sufriera un shock y le causara amnesia…

Lo gracioso es que para echar un kiki en 2000 años todavía se habla de ello, pero porque a su churumbel le pegaba todo el mundo (que ya es triste, siendo hijo de quien es), al menos sabemos que en el Cielo hay menos enchufes que en la Tierra (se van a cagar en las bragas muchos funcionarios el día del juicio final). Aunque a lo mejor es por eso por lo que no liga, en el momento que se corrió la voz (con perdón) de que uno que echa uno que preña seguro que todas saldrían despavoridas, habrá que estudiarlo…

Frase del día: «Yo bebo para olvidar que soy alcohólico.»

El concurso de las «E’s»

Hace algunos días lo comenté en la entrada sobre Eructos a la sobremesa, lo del concurso que hicimos en su día en la radio. Ni más ni menos que el concurso de las «E’s». A continuación, señoras y señores…

El concurso de las «E’s»

El concurso de las E’s consiste básicamente en localizar y dar a conocer el producto «alimenticio» con mayor número de E entre los ingredientes (y cuando veáis en muchos casos la cantidad de E’s que llevan algunos os sorprenderá que eso se venda y no sea para usarlo como combustible de naves espaciales o al menos radiactivo). Las E’s son los antioxidantes, colorantes, y demás, o sea, los clásicos E202, E200 y demás.

El concurso, de comienzo desde ahora mismo y la fecha de finalización es indeterminada, lo ganará el que consiga encontrar el alimento con más E’s posibles y no le de vergüenza decirlo.

Por ejemplo. En estos momentos tengo en mi mano una Magdalena Gimar, entre sus ingredientes se cuentan gasificantes E450i y E500ii, E516 y E170, y conservantes E200 y E202. Lo que nos hace un total de 6 E’s. Me gustaría saber dónde estará la harina aquí.

Bases del concurso v0.5

  1. Puede participar cualquier persona del mundo mundial siempre y cuando esté dispuesto a que encima de todo nos cachondeemos de la mierda que comen en casa. Para ello solo tiene que apuntarse (ya sea con su nombre real, seudónimo o nick) y dar a conocer el producto (y cuidado, porque de lo que se come se cría).
  2. Cada participante puede participar con un único alimento en cada momento.
  3. Un participante puede cambiar en cualquier momento el alimento con el que participa por otro mejor (o sea, puede cambiar el que usa para participar en el momento que le de la gana).
  4. Para aportar un alimento debe enviarme una imagen del envoltorio donde se pueda leer claramente marca, nombre y los ingredientes. Si es un escaneo o una fotografía me da igual. (Aunque si es un escaneo será porque se lo haya comido, y francamente, no estoy seguro de que una cosa que participe en este concurso sea algo muy apetecible de comer).
  5. La dirección a la que hay que mandar las fotos de la basur… digoooo, de las cosas del comer, es jarienrasczak (algarrobica) gmail.com o por msn de la manera habitual.
  6. Las imágenes de los «alimentos» (por llamarlos de alguna manera) las iré poniendo por aquí, para asegurarnos también que no hay nepotismo, enchufismo ni nadie gana el concurso a cambio de favores sexuales. (Que va a ser que no, pero de ilusiones también se vive.)
  7. Si dos concursantes presentan el mismo «producto estrella» (o estrellao) o empatan a E’s, se dividirá el premio o lo que les toque (o sea, mayormente una mielda) entre el número de concursantes empatados. Por supuesto pueden probar a desempatar cambiando su producto de mierd… perdón, su producto por otro con más E’s.
  8. No hay premio a priori (porque en esta página además de un sentido del humor lamentable se gasta una economía más que precaria), aparte de que pueda aparecer en un podio imaginario (pero visible) del estilo de «Al que no se le van a pudrir las tripas este mes» (por los conservantes a manta). Las mujeres de buen ver pueden conseguir una cena si vencen en el concurso, aunque igualmente la pueden ganar sin necesidad de concurso si no me rehuyen como de costumbre. En cualquier caso el (dudoso) orgullo de ser nombrado en uno de los blogs más tristes (si no a santo de qué iba a hacer este concurso) del universo.

Bueno, y creo que eso es todo, espero ansioso a los concursantes y el pitorreo que puede darse en estos casos. Advierto a priori que la anterior edición (la de Eructos…) la gané yo por goleada absoluta con el arroz con leche del Lidl, que llevaba la friolera de 16 E’s (lo que no llevaba era arroz, pero estaba bueno, puñetas), de hecho si intentabas tirarlo al mar el envase (incluso vacío) venía una lancha de Green Peace y te hacía un placaje. Si alguien lo supera eso (las 16, no el placaje) le haré incluso un nombramiento especial a título personal.

Hala, que me quedo esperando. ¿Eh?