No voy a malgastar frases ni palabras para este monstruo. Los insultos, todos, se quedarían pequeños. Solo espero que la luz del sol no la vea jamás. Que cada día de su vida, recuerde como le arrebató la vida y no pueda dormir. Que no salga de esa cárcel donde debe estar. Por celos. Por creerse justo juez de la existencia. Como tantos otros, como otros tantos que van destrozando lo que tocan. A golpes. Como animales. Como lo que son. Monstruos de esta sociedad.
Mi entrada de hoy queda pospuesta, en su lugar enlazo precisamente la entrada de hoy de Alba, de la que he extraido el párrafo inicial.
Hay cosas que merecen que los chistes malos pasen turno.
Hay gente que no se merece ni el aire que respira. Hay gente bruta, canalla que simplemente debería dejar de existir, sin ni siquiera ser recordados jamas.
Hay gente… Que no merece llamarse gente