El infienno, parte 1

Un calor brutal te abrasa la piel (que ha cogido un colorcito tipo tomate y escuece como si te hubieras dado una ducha frotándote con un estropajo de aluminio), allá donde pisas notas como si llamas te llegaran al hueso, parece el aire libre pero apenas puedes respirar, y por doquier se escuchan lamentos, gritos y gemidos mientras los cuerpos se mueven (adaptándose al poco espacio que dejan otros) intentando hacer más llevadera la agonía.

¿El infierno? No, la playa.

En su día la playa era un lugar de relax, donde solazarse con el solecito tirado en la toalla y la brisa marina, sentir la arenita fresca bajo los pies, pasear por la orilla con tranquilidad mientras las olas te cubren a ratos de agua los tobillos. La realidad puede ser muy distinta…

Llegas un día cualquiera, a las 11 de la mañana (ya sabemos que los médicos no recomiendan tomar el sol a partir de las 12, pero puñetas, es que si vas más temprano no te pones moreno en todo el verano) por ir un poquito tempranito a pillar un buen sitio y descubres que aproximadamente mil millones de personas han pensado lo mismo que tú. Calculas que estarás a unos 15m de la orilla, pero una inmensa marea de sombrillas perfectamente encajadas unas con otras tapan hasta el horizonte.

La primera fase del plan es encontrar sitio para tu propia sombrilla, cosa nada fácil. Hay dos opciones, buscar un hueco (trabajo digno de las pruebas de Hércules) o la opción más sencilla: encontrar unos yayos, echarlos a patadas y quedarte con el hueco. Sí, cierto, es moralmente reprobable, pero dado que nadie va a mover un dedo (porque si van a echarle una mano a los yayos lo mismo les quitan el sitio), la resistencia es mínima y la dificultad poca. Sí, que son unos yayos indefensos, pero puñetas, tú a qué vas a la playa. ¿A ganarte el cielo o a ponerte moreno? Pues eso.

Entonces colocas tu sombrillita, extientes tu esterilla o tu toalla, te sientas, sacas tu crema solar factor 2 millones (que además es body milk, after shave y deja como nuevas tus prendas íntimas quitándole incluso los palominos más recalcitrantes). Te recuestas con la idea de pasar un rato de cara al sol (sin la camisa nueva, claro, porque si no también te quedas con el corte modelo currito), y luego cuando estés bien tostadito por un lado, vuelta y vuelta. ¡¡Y PLAFF!! Los hijos de los dueños de los vecinos de al lado te salpican de arena y te pegan 6 balonazos por todo el cuerpo en tiempo record, dejándote entre la arena y la loción solar con las mismas pintas que una croqueta de 3 días; hijos que, por cierto, que ya sabes que fueron sietemesinos, nacidos con cesarea después de casi haberle metido los forceps en la traquea… ¿Que por qué lo sabes? Porque son unos malnacidos. Pero claro, son unos críos encantadores y simpatiquísimos, con su sonrisa de oreja a oreja con las mella… no les puedes reñir ni abroncar. ¿Verdad que no? ¿Verdad? Ah, me creia.

Se tercia el momento de meterse en el agüita. No para refrescarte (que también), no para quitarte el sudor (que también), sino para que se te alivie el pelotazo de los alegres y simpáticos chavalines del vecino. Que tengamos claro que siguen vivitos y coleando porque tú no le harías jamás daño a unos críos tan majos… malditos 15000 testigos. El caso es que vas acercándote a la orilla, ya notando el fresquito de la arena mojada en los pies y cuando llegas al agua es cuando la cosa se pone realmente interesante…

Y sí, lo dejo aquí porque hace 28h que no duermo, y ya es mucho, otro día más.

8 pensamientos en “El infienno, parte 1

  1. Bego

    Yo quiero saber como sigue! esta mañana una intuición me llevó a no ir a la playa peor ahora quiero reconfirmarla. Por favó sigue! convenceme dle todo de porque debo pasar los domingos rascandome el ombligo en casa en lugar de ir a la playita…

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  2. Alba

    Yo ayer viví una experiencia bastante semejante… De repente nuestras toallas de cuarta fila (que para coger sitio hay que ir a las 9.00 h) han ido ganando (Indeseados) vecinos…

    Cuando salgo cual garbanzo en busca de nuestra (hasta entonces) solitaria toalla, no la encuentro… quizá la familia de la derecha donde el papi se lee las instrucciones de la nueva camara de video ultramegadigital con su sombrerito tipo cowboy, o quizá los tropecientos niños de la izquierda, incluido un bebe de dos meses? tres? que llevaban hasta el camping gas…

    Y yo jurando y perjurando que solo estabamos nosotras bien alejaditas de los demás….

    Y lo roja que voy hoy? que me dices??? parezco un tomate caido de la mata..

    Pero, me sigue gustando la playa, eso si. Iré a las 8.00h para no tener vecinos de toalla molestando.

    Un besote

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  3. Idun

    Duerme, descansa.. pero no pienses ni por un momento que sería tan fácil quitarles el sitio a unos señores jubilados. No subestimes al enemigo!! Más vale el diablo por viejo que por diablo.. :P

    Besotes!

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  4. AOH/Rasczak Autor

    Bego, tranquila que próximamente el siguiente tocho…

    Alba, espera que eso de las desapariciones es para la próxima; a este paso irás de madrugada…

    Idun, la idea es atacar por la espalda mientras están distraidos, al menos eso dice Sun Tzu… Jajajaja.

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  5. Cora

    ¿Y qué hay del puñetero crío que, cuando estás intentando meterte poco a poco en el agua porque está tan fría que corta, se lanza en plancha a
    tu lado creando una especie de tsunami ártico que te deja hecho un cubito? Si no fuera por los testigos, a más de uno habría ahogado….

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  6. Kaguya

    Deberíais ir de vacaicones a otro sitio. Yo no tengo problema de ningún tipo: voy a las 12 de la mañana, escojo el sitio que quiero (lejos de crios, por supuesto), me baño sin problemas (excepto las medusas) y no me quemo porque me echo crema factor 7.000 y me paso el día debajo de la sombrilla.

    Moraleja: la costa de Granada es un buen sitio para ir a la playa.

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  7. viveydv

    Esto que cuentas, me suena a mi querida y calentita Valencia, jejejeje.
    Gracias por la visita a mi blog. Y no sé si será nueva etapa, porque «mis cosillas» siempre colean bastante.
    Chaito.

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  8. Pikifiore

    ¡Por fin me siento comprendida leyendo este post!que por cierto me ha proporcionado unas agradables risas!!!jajaa. Yo ODIO la playa.Me quemo sobre la toalla, me quemo bajo la sombrilla, me quemo en el agua, me quemo incluso llevando la maxima proteccion! me lleno de arena hasta en sitios que ni siquiera sabia que existian y me salen manchitas rojas en la cara…todo un showww.
    ¡Viva la piscina!

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