La mosca

Hay una mosca sobre el monitor, ahí en plan desafiante, solo le falta el claymore y la cara pintada de azul para terminar de subírseme a las barbas. Normalmente tampoco le haría mucho caso a la mosca, pero estaba intentando estudiar; y es increible la de cantidad de cosas interesantes que se pueden descubrir mientras se intenta estudiar: como el apasionante mundo de la mosca común.

Visto que no voy a conseguir estudiar voy a ponerme a hacer algo de provecho, o sea, que me voy a poner a dibujar porque hace un par de meses que volví a cogerle el punto al asunto después de varios años que no terminaba ninguna cosa de «alto presupuesto». De momento me he acabado un par de dibujos clásicos míos (llevo siglos planteándome poner una galería en la web) y he hecho media docena de bocetos conceptuales (hay que ver que bien hablo, como controlo) para un regalo.

En cualquier caso la mosca no es un buen modelo, así que voy a coger el Raid y la voy a enviar al otro barrio. Mejor aún, voy a coger la Beretta de bolas y voy a montarme una cacería como Dios manda. Se va a cagar.

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