Desde aquí quiero agradecerle sinceramente por su donativo, a la persona que el día 11 por la tarde me hizo una recarga de 50€ al movil. Sí, 50€, cincuenta. Seguramente sería una recarga para que el pobre Paquito, que vive a 30000Km de casa pueda comunicarse con la wela, pero por algún retruécano del destino se colaron con el número, et voila, que me crece una recarga como jamás mi teléfono había visto (ni verá, todo sea dicho).
Sin embargo no todo iban a ser rosas, y es que desde que pienso en el pobre Paquito, que va a tener que llamar a casa desde una cabina, con el frío que hace, no puedo dormir bien. Vamos, que me comen los remordimientos.
De todas formas me voy a la cama por si se me pasa.