Espacio patrocinado por British Petroleum.
El que quiera cargarse de anécdotas (y coger las suficientes malas gaitas como para armar un regimiento de malhumorados escoceses) no tiene más que trabajar de cara al público, y si es en turno de noche la juerga está asegurada. Y si además está a 200 metros del último local que cierra ya al amanecer en verano, la capacidad de diversión alcanza cotas astronómicas.
Pues todavía se puede mejorar… Además de todo eso, el sitio de donde hablo está a tiro de piedra del puticlub (léase casa de citas por las mentes bienpensantes y bienhabladas), pero no nos vamos a engañar, precisamente no son top models las señoritas que allí hay (algunas hasta podrían pasar por señoritas dependiendo la luz)…
Recuerdo un día que me llegan unos tíos de fuera de la región y me preguntan, así como quien no quiere la cosa, que dónde estaba el nightclub que les habían indicado que estaba por allí cerca, que se lo habían recomendado para una despedida de soltero. Me vinieron a la cabeza los «tipazos» de las señoritas del lugar y se me escapó una carcajada que allí mismo se quedaron acojonaos los dos maromos de la duda; como en el fondo soy buena gente les explico que sin haber estado nunca no creo que sea de todas formas el mejor lugar para celebrar una despedida de soltero «seria» (otra cosa es que fuera una broma de mal gusto al novio, que entonces iba a funcionar de lujo), pero que igualmente les doy las indicaciones de cómo llegar y se van con cara de no muy convencidos. Veinte minutos después vuelven a aparecer por donde estoy, con cara de sumo horror y me comentan que era verdad lo que decía, que mejor se iban a buscar otra cosa y que si conocía alguien que partiera piernas para dedicarle una canción al cretino que les había recomendao el garito.
Lo que se demostró al final, es que la gente es muy confiada y que como Santo Tomás, tienen que ver para creer; y que hay mucho cachondo por la vida con ganas de hacer coñas con las despedidas de soltero ajenas.